Creemos:
En la Biblia como la palabra infalible de Dios, y la cual se revela por medio del Espíritu Santo a todo hombre o mujer que decide creer que es su manual de vida.
En un Dios Padre, un Dios Hijo y un Dios Espíritu Santo donde siendo un solo Dios se manifiesta en tres personas divinas.
Que Jesucristo es el Hijo unigénito del Padre y que por medio de su obra redentora en la cruz del calvario hoy nosotros podemos tener acceso a Dios Padre a través de la fe. Jesucristo es la puerta, la verdad y la vida para todo el que decide creer.
Que Jesucristo fue nacido de una joven virgen llamada María por obra y gracia del Espíritu Santo, que caminó esta tierra como hombre, y fue a la cruz sin pecado, por los pecados de toda la humanidad. Jesucristo es Dios, la segunda persona de la Trinidad. El Dios visible, de un Dios invisible.
Que la sangre derramada en la cruz del calvario derribó el abismo que había entre Dios y el hombre, después de la caída de Adán y Eva.
Que Jesucristo fue sepultado, y al tercer día resucitó de entre los muertos y está hoy sentado a la derecha del Padre convertido en nuestro mediador y Sumo Sacerdote.
Que a través de una comunión directa con el Padre, a través de su Hijo Jesucristo y por revelación del Espíritu Santo nosotros podemos ser transformados, tanto en nuestra mente como nuestro corazón y así vivir en la santidad de Dios, pues Dios es Santo.
Que cada uno de nosotros hemos venido a este mundo con un propósito divino y que ese propósito de Dios se cumplirá en nosotros a través de la regeneración de nuestro espíritu. No obedecemos para quedar bien con Dios, obedecemos porque lo amamos y en la obediencia veremos la recompensa en nuestras vidas y la de nuestra descendencia.
Que Dios es el mismo hoy, así como fue ayer y como será siempre; por lo tanto, Dios se manifiesta a través de su amor y de su misericordia; sus milagros, sus obras tienen la misma vigencia en el siglo XXI como lo tuvieron antes.
Que Dios nos dio una semillita de mostaza para que la plantemos y con una sola semilla crezca un árbol frondoso para darle sombra al que se cobije y esta semilla se multiplique por todo el mundo.
Que Dios mismo instituyó el matrimonio para que fuéramos uno como Él es uno con su Iglesia.
Que Jesucristo, es nuestro Señor y Salvador y que nos dejó un ejemplo de servicio el cual debemos imitar. El servir es el privilegio de los que aman.
Que Jesucristo le dejó la autoridad delegada a su Iglesia para que podamos ser la continuidad de si mismo, hasta que Él regrese por ella.
En el Rapto de la Iglesia y en la Segunda Venida del Señor como dos eventos separados, en la resurrección de los muertos y en que la Iglesia de Jesucristo estará en las Bodas del Cordero, junto a su esposo, Jesucristo Nuestro Señor.
Que Dios vendrá a juzgar a los vivos y los muertos y aquellos que sus nombres no aparecen en el libro de la vida serán condenados por la eternidad y junto con Satanás y los ángeles caídos.
Que los creyentes juntamente con Nuestro Señor Jesucristo, Dios Padre y el Espíritu Santo estaremos por toda la eternidad bebiendo del agua de la vida.