Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Marcos 11:24
¿Cuántos de ustedes han orado y continúan sin recibir respuesta a sus oraciones? No piensen que son la excepción, yo pienso que es la regla, pues la Palabra de Dios nos deja saber que no recibimos porque no pedimos lo que nos conviene; porque en nuestros corazones hay intenciones equivocadas.
Yo he conocido a través de mi vida muchas, pero muchas personas que piden en forma egoísta, llenos de envidia y celos. En sus corazones se albergan actitudes incorrectas. Nos ponemos delante de Dios en una posición de dame, dame y solo me interesa el yo. No cabe duda de que estamos viviendo en un tiempo donde el mundo ha evolucionado de esa manera, pero el egoísmo siempre ha existido. Deseamos que alguien se quite para ponerte tú. Dios se mantendrá en silencio con ese tipo de oraciones.
Si eres una de esas personas que se han mantenido expectante en recibir estas reflexiones/semillitas de su Palabra, entonces puedes entender que el mundo espiritual es muy real. Nuestra humanidad nos hace orar como deseamos, pero no como nos conviene. Las influencias de este mundo traen un peso bien grande a nuestras vidas y solo desarrollando intimidad con Dios es que te encontrarás con su Verdad.
La Biblia nos enseña que cuando estamos conectados a nuestro Padre celestial podemos acercarnos al trono de su gracia y ahí vamos a encontrar mayor misericordia y gracia para el oportuno socorro. El Padre recibe tus oraciones cuando se hacen de acuerdo con la Palabra de Dios y en el Nombre de su Hijo Jesucristo. También cuando su Verdad se convierte en tu verdad y te lleva por un camino de obediencia.
Te voy a poner un par de ejemplos de cómo orar para que tus oraciones no tengan estorbo. Dice la Primera Carta de Pedro a los maridos: sean sabios con sus esposas, tratándolas con delicadeza y reconociendo que participan igualmente de la nueva vida en Cristo. Si hacen esto, sus oraciones no tendrán estorbo. Por supuesto esto no excluye a que las mujeres deben vivir sabiamente con sus esposos y dejar la necedad y el orgullo a un lado. Si sus esposos no viven una vida a la manera de Dios, dice la Palabra en esa misma carta que, así como vivas una vida recta, lo ganarás para Cristo por tu conducta pura y respetuosa.
El otro ejemplo que quiero señalarte es el que nos habla la escritura que cito al principio. Cuando ores, hazlo sin dudar. Escudriña las escrituras y aprende lo que Dios promete para sus hijos e hijas. Si vienes al Padre orando por salud, tienes que saber que la Biblia enseña que Jesús pagó por tu pecado y por todo lo que ese pecado trajo a tu vida como raza humana. Cuando el pecado entró a la tierra, entró la enfermedad, la pobreza, la división, el odio, los celos y todo lo que hoy seguimos viviendo, pero Pablo nos enseñó en la carta a los gálatas que Cristo nos redimió de la maldición de la ley. O sea, todo lo que nos alcanzó de maldición por consecuencia del pecado de Adán, Cristo pagó el precio con su Sangre en la Cruz.
En el momento que tú recibes a Jesucristo como tu Señor y Salvador, su Sangre te redime de toda maldición y puedes venir ante su trono reclamando lo que te pertenece. Su sanidad es parte de ese paquete como lo declara Pedro: “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” I Pedro 2:24 Ya el pecado no te pertenece y la enfermedad tampoco.
Padre, hoy oro para que todo esto que he compartido se reciba en cada uno de mis hermanos. Que tu Verdad se haga real, llevándolos a alcanzar un mayor entendimiento de cómo orar, sin dudar y conectados a tu Palabra. Gracias por darnos tus promesas que son sí y amén. Gracias porque lo que tus promesas declaran, se cumplen en nuestras vidas cuando tomamos la decisión de vivir de acuerdo con tu corazón y tu voluntad. Que cada día nuestro corazón se conecte más y más al tuyo en el Nombre de Jesús.