Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, cuando la lluvia llena los estanques. Salmos 84:5-6
La palabra que hoy resonaba en mi espíritu es valle. ¿Qué es un valle? Geográficamente hablando un valle es una región larga y estrecha de tierra baja entre cadenas de colinas o montañas, que disfrutan de ríos, cascadas, lagos y diversidad de flora y fauna. Cuando estamos en un valle, las colinas o lugares altos que lo rodea, no nos deja ver lo que hay detrás de ellos. Es importante saber que si hay algo más que te aguarda detrás de esos lugares altos. Los valles en la Biblia representan lugares de pruebas, pruebas que te llevan por procesos de fe y confianza, si tú decides caminar de la mano del único Dios: Jesucristo Nuestro Señor.
El primer valle que te voy a mencionar es el valle de Ela. En el valle de Ela se encontraba el pueblo de Israel bajo el mando de su rey, el rey Saúl. Los filisteos, un pueblo enemigo de Israel y con guerreros muy bien armados, intimidaban a los israelitas y utilizaban a un personaje que muchos de ustedes conocen por nombre: Goliat el gigante. En ese momento, el pueblo de Dios se sintió amedrentado, lleno de temores y convencidos que ellos no iban a poder vencer a sus enemigos, pues se sintieron acorralados. Cuando tú mismo llegas a convencerte que no vas a alcanzar lo que Dios mismo se ha encargado de poner en tu corazón, la duda llega y tú comienzas a creer que todo está perdido. Es muy importante que entiendas que ese temor que se produjo en ese valle fue, posiblemente algo contagioso, pues cuando estás en medio de personas que no creen, es muy posible, que tú comiences a no creer. Sin embargo, llegó un personaje que no se había contaminado y que vivía convencido que el mismo Dios que le daba las fuerzas para defender a sus ovejas en el campo, le daría la convicción para vencer al gigante. Ese personaje, que más tarde se convertiría en el segundo rey de Israel, era el joven David. David no se amedrentó, ni dudó por un segundo, pues él sabía que los enemigos se vencen con el Santo Espíritu de Dios. El final de esta historia pueden leerla en la Biblia en el primer libro de Samuel, capítulo 17. Les completo esta historia dejándoles saber que, David enfrentó a Goliat, lo venció y entonces, el ejército de Israel persiguió a los filisteos hasta su campamento, venciéndoles y restaurando su confianza en Jehová Dios y en ellos mismos.
El segundo valle que quiero compartir contigo es el valle torrencial de Cisón donde se ganó una batalla bien fuerte contra los cananeos. En estos momentos se encontraba una mujer gobernando como jueza al pueblo de Israel, pues había escasez de liderazgo entre los hombres. Débora, mujer de Lapidot, llena de sabiduría se sentaba bajo la palmera que todos conocían con su nombre. Ella llamó a Barac, la persona que había recibido instrucciones de parte de Dios para vencer a los enemigos y no había cumplido con su misión. En esta oportunidad el pueblo, una vez más estaba siendo abatido por sus enemigos y hasta aquellos que debían velar por la seguridad de ellos, se sentían sin disposición de hacer lo que les correspondía. Cuando estás atravesando pruebas es muy fácil desanimarte y comenzar a ver las cosas como el enemigo quiere presentarlas. En estos tiempos, era completamente inusual que una mujer tomara el liderazgo de una nación, pero Débora animó a Barac para junto con hombres capaces tomaran el lugar que les correspondía. Barac, subió al monte Tabor para sorprender a Sísara, comandante del ejército del rey Jabín, pero no sería Barac quien terminara con la vida del enemigo, sería otra mujer, llamada Jael, tal y como lo había profetizado Débora. Cuando se queda un vacío de autoridad, tanto en medio de la familia, nación, empresa, u organismo, alguien lo va a llenar, aunque no le corresponda. ¿Por qué hago hincapié en esta realidad? Porque muchos de nosotros pudiéramos estar atravesando por pruebas fuertes, pero nunca abandones el lugar que te corresponde porque alguien siempre lo va a tomar. En este caso, era necesario que Barac entendiera que a él le hubiera correspondido actuar como lo hizo Jael. Dios en medio de las pruebas le dio a esta mujer sabiduría, discernimiento y obrar en conjunto con esas verdades.
Dependiendo donde se encuentren los valles se experimentarán tiempos de intenso calor o frío. También se pueden experimentar lugares muy oscuros cuando se atraviesan cañones estrechos entre montañas que no permiten que la luz del sol penetre. Esos extremos pueden ser difíciles de manejar para muchos, y esto nos debe hablar de tiempos donde nuestra fe es probada para entender que Dios en medio de esos extremos no se aleja de ti o de mí. Dice la Palabra de Dios en el Salmos 23:4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Esta frase sombra de muerte nos habla de un valle donde las tinieblas son más profundas, pero continúa la escritura diciendo que no temeré mal que pueda alcanzarme porque su vara y su cayado me protegen y me confortan. Jesús el Buen Pastor nos trae con cuerdas de amor hacia él con su cayado y nos protege de los enemigos con su vara. Esta verdad te debe reconfortar y dejarte saber que el temor no tiene poder para alcanzarte porque tu Dios está contigo en los valles más tenebrosos, aunque no lo veas o lo sientas y cuando esto se hace realidad en tu espíritu, nada ni nadie te puede hacer frente. Esa prueba que puedas estar atravesando en estos momentos pierde todo dominio sobre ti y los tuyos porque ahí en ese valle de prueba tú estás desarrollando el guerrero y guerrera que Jesucristo dice que tú eres. No tengas temor dice, el Señor, no desmayes porque Él te esfuerza, te ayuda y te sustenta con la diestra de su justicia. Todos los que se levanten contra ti y los tuyos serán avergonzados y confundidos, desaparecerán de tu vida y no los volverás a ver.
David experimentó victoria en el valle de Ela, pero también experimentó la cueva de Adulam donde se escondió de la persecución del rey Saúl. En ambas pruebas David aprendió a confiar en su único Dios. Débora, Barac y Jael protagonizaron una época difícil en la vida de la nación de Israel. Fue en ese valle donde Dios le dio la victoria contra el reinado del rey Jabín, pero tuvieron que pasar por la prueba y confiar en el Dios que tenía la victoria para ellos antes que fueran a la batalla. Tú y yo podemos estar hoy en el tope de un monte donde podemos ver hacia el horizonte, pero por experiencia propia, la vida se vive más en los valles donde puede entrar la confusión, la duda, la desesperanza, las tinieblas, pero ahí es donde realmente el Espíritu Santo de Dios que habita en nosotros, nos habla, nos instruye, nos afirma en la verdad de su Palabra. Es ahí cuando entendemos que somos hijos e hijas de Dios, que estamos en pacto con el único Dios verdadero. Que su verdad nos ha hecho libres para manifestarnos con mente de conquistadores y no de fracasados y que nuestros enemigos están bajo nuestros pies.
Padre, oro para que cada persona que haya leído este boletín entienda que ellos son vencedores porque Jesucristo venció en la cruz del calvario para darnos a nosotros vida y vida abundante en el Nombre Poderoso de Jesús.