La semilla de la prudencia siempre cosechará frutos de bien
“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” Santiago 3:17
Señor, tú que todo lo sabes y todo lo entiendes ¿por qué se nos hace tan difícil vivir en armonía y ser prudentes? Hoy quiero conversar con mi amado, el dueño de este hermoso jardín porque Él es el único que puede traer luz a este gran conflicto del ser humano que hacemos lo que no queremos aunque sepamos cómo hacerlo bien.
La prudencia habla de una persona que es sensata, moderada, que sabe cuando frenar su temperamento, pues ha entendido que el Espíritu de Dios vivifica su vida. Este tipo de persona logra llevar en sujeción sus pensamientos, su hablar y sus acciones.
Somos testigos a través de los medios de comunicaciones de los grandes fuegos que devoran hectáreas y hectáreas de bosques y todo porque alguien prendió un pequeño fosforo y lo dejó caer accidentalmente o muchas veces intencionalmente. Ese fuego que comienza pequeño devora todo lo que encuentra en su paso. Así mismo lo explica el libro de Santiago que nos enseña que la persona que no refrena un órgano tan pequeño como la lengua puede prender grandes fuegos por su tremenda imprudencia y crear grandes conflictos. La imprudencia se convierte como ese pequeño fosforo que inflama los pensamientos, las emociones y puede tener consecuencias en nuestras vidas y la de otros de desorden, insensatez y desatinos.
Cobertura
Serví
por muchos años bajo el ministerio del pastor y apóstol Dr. Alberto Delgado.
Tuve el privilegio de enseñar en el Instituto Bíblico Alpha & Omega por
espacio de diez años y durante tres años en la directiva del mismo. He
enseñado a niveles de escuelas y universidades cristianas dictando clases y
seminarios. Estoy ordenada a través de la red de Logos Global Network of
Christian Ministries, Inc.
En
estos momentos de nuestra vida ministerial nos encontramos sirviendo en nuestra
iglesia local Iglesia Doral Jesus Worship Center, ciudad del Doral, Florida y
estamos bajo la cobertura espiritual de nuestro Pastor Frank López.
La semilla de la prudencia siempre cosechará
frutos de bien
“Pero la sabiduría que es de lo alto es
primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y
de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” Santiago 3:17
Señor, tú que todo lo sabes y todo lo
entiendes ¿por qué se nos hace tan difícil vivir en armonía y ser prudentes? Hoy
quiero conversar con mi amado, el dueño de este hermoso jardín porque Él es el
único que puede traer luz a este gran conflicto del ser humano que hacemos lo
que no queremos aunque sepamos cómo hacerlo bien.
La prudencia habla de una persona que
es sensata, moderada, que sabe cuando frenar su temperamento, pues ha entendido
que el Espíritu de Dios vivifica su vida. Este tipo de persona logra llevar en
sujeción sus pensamientos, su hablar y sus acciones.
Somos testigos a través de los medios
de comunicaciones de los grandes fuegos que devoran hectáreas y hectáreas de
bosques y todo porque alguien prendió un pequeño fosforo y lo dejó caer accidentalmente
o muchas veces intencionalmente. Ese fuego que comienza pequeño devora todo lo
que encuentra en su paso. Así mismo lo explica el libro de Santiago que nos
enseña que la persona que no refrena un órgano tan pequeño como la lengua puede
prender grandes fuegos por su tremenda imprudencia y crear grandes conflictos.
La imprudencia se convierte como ese pequeño fosforo que inflama los pensamientos,
las emociones y puede tener consecuencias en nuestras vidas y la de otros de desorden,
insensatez y desatinos.
La prudencia nos corona con la
sabiduría de Dios y su Palabra declara que los labios del prudente son joyas
preciosas. El hombre prudente edifica su casa en la roca firme de la Palabra de
Dios y sus cimientos no podrán derrumbarse. Esto abarca todas las áreas de
nuestra vida: desde administrar con madurez y con sabiduría nuestros hogares, hasta
las finanzas y la sociedad en la cual vivimos ¿Cuántas familias han perdido sus
hogares, todos sus bienes materiales y hasta su salud por no vivir con
sabiduría, prudencia y sensatez?
¿Por
qué entonces se nos hace tan difícil vivir en esa armonía y ser prudentes como
nos enseña la Palabra de Dios? Pablo nos enseñó en la carta a los Romanos,
capítulo siete que nosotros no hacemos el bien que debemos hacer, ni actuamos
de la forma correcta que debemos actuar, sino que nuestra naturaleza y
humanidad actúan completamente en contra de lo que la Palabra de Dios nos
enseña.
La buena noticia es que la prudencia
está disponible para ti y para mí porque ella se produce cuando la sabiduría de
Dios está presente en nuestras vidas produciendo su paz, su misericordia, su
dulzura, y el discernimiento para alcanzar la madurez. Nos convierte en
personas mansas, obedientes y generosas, transparentes para vivir como Dios
quiere y no a la manera que nosotros creemos. Cuando Dios está presente en tu
diario vivir te dará palabras que te llenarán a ti y a otros para bendecir
porque brotan de una fuente que solo puede dar vida y vida abundante. Decídete
vivir prudentemente y serás recompensado con grandes beneficios.Hasta nuestra próxima cita…
Lecturas recomendadas:
“Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de
corazón como la arena que está a la orilla del mar.” I Reyes 4:29
“No hables a oídos del necio, Porque
menospreciará la prudencia de
tus razones.” Proverbios 23:9
“La lengua apacible es árbol de vida; Mas la perversidad de ella es
quebrantamiento de espíritu.” Proverbios 15:4
“Y yo sé que en mí, esto es, en mi
carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el
hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso
hago.” Romanos 7:18-19
“pero el alimento sólido es para los
que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento
del bien y del mal.” Hebreos 5:14
“Los simples heredarán necedad; Mas los
prudentes se coronarán de sabiduría.” Proverbios 14:18
“Hay oro y multitud de piedras
preciosas; mas los labios prudentes son joya preciosa.” Proverbios 20:15
La gratitud es la semilla que produce frutos agradables
"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él." Colosenses 3:17
En mis conversaciones con el dueño de
mi Jardín hay temas que producen confrontaciones a mi ser, otras a reflexión,
otras me llevan a estar en silencio, o a sentirme llena de gozo y euforia. Hoy
les puedo decir que llego ante su Presencia a decirle cuanto agradecimiento hay
en mi corazón. Yo sé que Él conoce mi entrada y mi salida, y que desde el
vientre de mi madre me formó y me soñó para que en mi se cumplieran todos sus
planes divinos. Sin embargo, como una niña, me siento a hacerle historias de mi
vida como para poder conectar las razones de mi corazón agradecido.
Comienzo haciendo memoria de como en
medio de una niñez y una adolescencia precipitada y una adultez prematura vi
mis sueños desmoronarse ante mí. Recuerdo como en momentos de necesidad mi mamá
me entregó las llaves de la casa para que mis hermanos y yo pudiéramos entrar
cuando ella no estaba. En mi mundo esto no era lo común, pues las llaves de la
casa no se le entregaban a una niña de escasamente 12 años de edad. El
resultado de esta decisión produjo una posición en el orden de la familia que
yo no estaba preparada ni emocional, o mentalmente. Esas llaves en mis manos
tuvieron un efecto inmediato de hacerme pensar que si ella creía que yo estaba
lista, eso quería decir que lo estaba. La realidad fue muy distinta, pero lo
que yo no sabía es que la vida me iba a llevar en pocos meses a separarme de
ella y convertirme en la hermana mayor y mujer de una casa a la edad de 13
años. Esas llaves fueron la señal de como la puerta de la adversidad se abriría
en mi vida. Una y otra vez llegaron a mi vida situaciones de las cuales yo sé
que no estaba lista, pero una y otra vez Dios en su misericordia me envolvería
con su amor y con su perdón para que mi corazón nunca se endureciera.
La tierra de mi corazón ha tenido
tiempos de sequía en las cuales dieron frutos amargos y llenos de dolor, pero
cuando reflexionaba en cuanto hubiera podido ser y no fue, en cuantos momentos
me acechaba la enfermedad y la muerte, la falta de perdón y el rechazo, la
traición, y la soledad, agradecía al Todopoderoso. Momentos de sentirme incapaz
de alcanzar metas que parecían inalcanzables, pero si se alcanzaron es porque
Dios siempre estuvo presente aunque yo no lo reconociera. Es entonces cuando mi
corazón se llenaba, se llena y se llenará de agradecimiento para darle las
gracias al único que es merecedor de toda la honra, toda la gloria y todo la
alabanza, a Jesucristo, mi Señor, al Señor de nuestro Jardín.
Él siempre nos está esperando para
dejarnos saber que todo lo que concierne a nosotros, Él está atento. Él sabe
todo lo que has pasado, y todo lo que vas a pasar, pero no dejes que tu corazón
deje de agradecerle por los tiempos buenos, los no muy buenos y quizás los que
puedan llegar bien malos. Sabes, Él está contigo siempre, cuando estás lleno de
gozo, en el cálido hogar junto a los tuyos o en esa cisterna como estuvo José,
el hijo de Jacob, para ser vendido como esclavo. El corazón agradecido de José
lo llevó a recibir, a través de la fe, que sus sueños no habían muerto. Es
posible, que José, al igual que yo, tuviéramos momentos que pensamos que nunca
se cumplirían esos planes, pero el corazón agradecido por todo nos mantuvo
unidos al corazón de nuestro Señor. Esto nos permitió ser capaces de dar frutos
llenos de la dulzura del Espíritu Santo para continuar recibiendo su gracia
todo el tiempo.
Hasta nuestra próxima cita...
Lecturas recomendadas:
Salmos 26:7 "Para exclamar con voz de acción
de gracias, Y para contar todas tus maravillas."
Salmos 118:1 "Alabad a Jehová, porque él es
bueno; porque para siempre es su misericordia."
Lucas 22:19 "Y tomó el pan y dio gracias, y
lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado;
haced esto en memoria de mí."
Romanos 1:8 "Primeramente doy gracias a mi
Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se
divulga por todo el mundo."
2 Corintios 2:14 "Mas a Dios gracias, el cual nos
lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en
todo lugar el olor de su conocimiento.